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El Bird Center de Urdaibai es un lugar perfecto para observar pájaros

La desembocadura del río Oka es una de las zonas de descanso favoritas de las aves migratorias


                                                                                                                 Unai Méndez.

La reserva de la biosfera de Urdaibai es un lugar de reposo ideal para las aves que realizan la ruta migratoria del atlántico este. Es por este motivo que el estuario de Urdaibai es un lugar magnífico para la observación de aves, sobre todo desde su Bird Center, un museo dedicado a estos pájaros que cuenta con dos observatorios con vistas privilegiadas de toda la reserva.


El Bird Center se encuentra en el pueblo vizcaíno Gautegiz Arteaga, a unos 38 kilómetros de Bilbao. El museo se autodefine como un aeropuerto internacional para las aves y es así como está ambientado. En Cada “puerta de embarque” se puede encontrar información sobre cada especie de ave migratoria que aterriza en Urdaibai para reponer fuerzas. También hay pantallas en las que se están transmitiendo imágenes en directo de otros bird centers ubicados a lo largo de las rutas que siguen las aves.


Sus dos miradores son perfectos para observar las aves sin molestarlas, sobre todo el que se sitúa a 18 metros de altura que ofrece unas vistas panorámicas de toda la marisma. Además el centro pone a disposición de los visitantes audioguías y prismáticos para poder disfrutar al máximo de los pájaros y de la naturaleza de Urdaibai.


A muy poca distancia del Bird Center y en pleno corazón de la reserva se encuentran los apartamentos turísticos Aberasturi. El apartamento más grande, llamado Agro, tiene 180 metros cuadrados, seis habitaciones, siete camas y capacidad para nueve personas, aceptan perros y es ideal para familias y amigos. Su decoración está basada en la naturaleza del entorno y en las aves.


Aquellos turistas que decidan visitar Urdaibai por sus aves también podrán disfrutar de las playas de Laga y Laida, el famoso Bosque Pintado de Oma, Mundaka y su ola izquierda y la Cueva de Santimamiñe.


Sus dos miradores son perfectos para observar las aves sin molestarlas


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